Esencia, la gran olvidada

Las esencias son productos que contienen una alta concentración de ingredientes activos, los cuales son los responsables de multiplicar los efectos de ese tratamiento que estamos buscando dar a nuestra piel, a fin de mejorarla. 

De este modo, las esencias se convierten en el motor que impulsa esa hidratación de la que queremos dotar a la piel y en un elemento potenciador clave -aunque, a menudo, olvidado en la cultura de belleza occidental- para lograr reducir las arrugas de expresión, el tamaño de los poros, las agresiones del acné, entre otras muchas cosas.


Asimismo, la consistencia del producto puede variar tanto como sus ingredientes, dependiendo del objetivo que persiga cumplir. Lo que no suele cambiar -salvo excepciones- es cuándo se aplica dentro de la rutina de belleza: como 5º paso en la de día, justo después del tónico; o en el 6º de la de noche, tras aplicar la mascarilla de un solo uso, en caso de usarla. Si no fuera así, también iría después del tónico.
No obstante, independientemente del momento, el cómo se extiende la esencia en el rostro es similar al modo en el que se aplica el tónico: con los dedos y a toquecitos, a través de un disco de algodón empapado en la esencia escogida o pulverizándola directamente sobre la piel gracias al dispensador o difusor de su envase. 

Aquí te dejo un nuevo vídeo de Marta Isern, donde comenta algunos de los productos que ella misma usa y algún dato más sobre las esencias que, igual, te interesa conocer.


Llega mi turno. Voy a hablarte de las dos esencias que uso porque, además de haber podido comprobar su eficacia, son dos grandes ejemplos de cuánto pueden cambiar sus funciones y problemáticas a resolver, en base a sus componentes activos y, en este caso, además, cómo y cuándo se aplican en la rutina de belleza.

Para empezar, ‘Vital treatment 5 energy roots’ de Blithe es una esencia capaz de recudir la apariencia de la piel apagada y cansada, así como disminuir los signos visibles de la edad y los efectos de la contaminación, gracias a una formulación compuesta por cinco raíces diferentes de ingredientes naturales, que también la dotan de propiedades antioxidantes. En este caso, además, es recomendable aplicar el producto por el rostro con los dedos, aunque también puede hacerse con un disco de algodón.

Por su parte, el ‘Acence blemish out pink spot’ de Mizon es una esencia que ayuda a que los granos aislados y esporádicos no dejen marca y cicatricen bien, a través de dos capas de producto: una amarilla con ácidos AHA, BHA y triclosan para eliminar los residuos y células muertas, y una rosa compuesta por calamina para calmar la piel, eliminar el enrojecimiento y reducir la hinchazón. Por tanto, no solo debe aplicarse por la noche, después del uso del tónico, sino que la forma de hacerlo cambia: con un bastoncillo de algodón impregnado, primero, de la solución rosa y después de la amarilla, SOLO en la zona afectada.

Y mi última adquisición, el ‘Pink camelia radiance booster’ de Blossom Jeju que, además de ser una esencia para ayudar a tratar líneas de expresión y sequedad de las pieles maduras, actúa como un booster o potenciador del resto de productos que vayas a aplicar. De hecho, se puede usar tanto de día como de noche, en el rostro, cuello y escote, con un suave masaje, justo después del tónico o la mascarilla y antes del sérum o el aceite facial.

Por último, una recomendación: usa la ‘Regla de Oro’ para comprar aquella esencia que más te conviene, teniendo en cuenta tu tipo de piel pero, sobre todo, la problemática que deseas atajar, prestando mucha atención a los ingredientes y, en base a ello, a cómo y cuándo debes aplicar la esencia dentro de tu rutina de día o noche. Por cierto, aunque las esencias resultan caras, su durabilidad es mayor, gracias a que debes usar menos cantidad de producto que en otros casos.

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